Calentadores de filtros: proteja su sistema del aire frío

Los sistemas suelen tener un «punto óptimo» en lo que respecta al control de la temperatura. Existe un intervalo de temperaturas ideal que permite que el sistema funcione adecuadamente. Cuando la temperatura es superior o inferior a ese intervalo, se pueden producir problemas en el sistema o en el producto final.

Normalmente, cuando existe un problema de temperatura se debe al sobrecalentamiento; sin embargo, no siempre ese es el caso. Existen sistemas en climas más fríos o sectores especializados que necesitan calentar el aire para que el sistema funcione correctamente. En esos casos, a menudo es necesario disponer de un calentador de filtros.

¿Qué es un calentador de filtros de aire comprimido?

Los calentadores de filtros pueden incorporarse a un sistema para calentar el aire comprimido hasta una temperatura controlada, normalmente entre 20 ºC (68 °F) y 120 ºC (248 °F), aunque no existe una norma del sector para ello. Dentro del calentador hay un serpentín de calentamiento abierto que funciona junto con un sensor de temperatura para calentar el aire. Cuando se combina con un prefiltro de aire comprimido, el aire limpio entrará en el sistema a la temperatura adecuada.

¿Por qué su sistema necesita un calentador de filtros?

Mantener una temperatura elevada y correcta del aire puede permitir que cualquier aerosol o agua líquida presente en las líneas se convierta en vapor, y pueda así avanzar por del sistema sin causar daños. Los secadores de aire refrigerados solo pueden disminuir el punto de rocío del aire hasta unos 4 ºC (39 ºF). Si las condiciones bajan de ese punto, el agua puede volver a condensarse en el flujo de aire. Por lo tanto, si tiene tuberías que salen del edificio, existe el riesgo de que se produzcan daños en el sistema debido al vapor de agua en el aire durante los meses más fríos.

Cuando el aire se comprime, aumenta su presión y gana calor, motivo por el cual los compresores podrían sobrecalentarse sin un refrigerador. Sin embargo, el aire pierde temperatura conforme viaja a través de las tuberías del sistema de aire comprimido. Al final de la línea, la temperatura podría ser muy fría o incluso de congelación, dando lugar a una posible condensación. Además, si la presión del aire se expande a la atmósfera, como a menudo ocurre con las herramientas de aire, se puede producir un enfriamiento significativo. Este aire superenfriado puede hacer que el manejo de las herramientas sea incómodo y también puede permitir el goteo del condensado en estos instrumentos.

Riesgos de tener condensado en su sistema durante el invierno

Durante el invierno, incluso la más mínima cantidad de condensación puede provocar problemas muy variados a los sistemas de aire comprimido. Por ejemplo, el agua podría congelarse y provocar que las válvulas de control neumático se cierren por congelación. Además, si el aire húmedo logra viajar a lo largo de todo el sistema, podría dar lugar a daños en los productos o hacer que las aplicaciones de aire respirable sean peligrosas para el consumidor.

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